martes, 29 de junio de 2010

"The Princess" - La Princesa. Último poema extenso de Alfred Tennyson.

Lágrimas, vanas lágrimas, cuyo sentido ignoro, / Lágrimas desde lo hondo de alguna divina desesperanza / Nacen en el corazón y se agolpan en los ojos, / Cuando se contemplan los apacibles campos otoñales / y se piensa en los días idos para siempre.

Frescos como el primer rayo que ilumina un velamen, / Que hace surgir a nuestros amigos del averno, / Tnstes como el último rayo que empurpura el navío / Hundiéndose con todo lo que amamos; / Así de tristes, así de frescos, los días idos para siempre.

Ah, tristes y extraños como en las sombrías albas estivales / El primer gorjeo de los pájaros soñolientos / Para los oídos del moribundo, cuando sus ojos agonizantes / Ven iluminarse lentamente la ventana; / Tan tristes, tan extraños, los días idos para siempre.

Caros como los evocados besos de alguien ya muerto, / Y dulces como aquellos que la fantasía sin esperanzas imagina / En labios que son de otros; profundos como el amor, / Profundos como el primer amor, y exaltados de nostalgia; / Oh muerte en vida, días idos para siempre.