domingo, 24 de octubre de 2010

lunes, 27 de septiembre de 2010

Archivo “Boletín de Otraparte”
Boletín N° 95 - Septiembre 23 de 2010
Elegía a “Desquite”

¿Estoy contento de que lo hayan matado? Sí. Y también estoy muy triste. (...) Yo pregunto sobre su tumba cavada en la montaña: ¿no habrá manera de que Colombia, en vez de matar a sus hijos, los haga dignos de vivir? Si Colombia no puede responder a esta pregunta, entonces profetizo una desgracia: Desquite resucitará, y la tierra se volverá a regar de sangre, dolor y lágrimas.

Gonzalo Arango (1966)

* * *

Elegía a “Desquite”

Sí, nada más que una rosa, pero de sangre. Y bien roja como a él le gustaba: roja, liberal y asesina. Porque él era un malhechor, un poeta de la muerte. Hacía del crimen una de las más bellas artes. Mataba, se desquitaba, lo mataron. Se llamaba “Desquite”. De tanto huir había olvidado su verdadero nombre. O de tanto matar había terminado por odiarlo.

Lo mataron porque era un bandido y tenía que morir. Merecía morir sin duda, pero no más que los bandidos del poder.

Al ver en los diarios su cadáver acribillado, uno descubría en su rostro cierta decencia, una autenticidad, la del perfecto bandido: flaco, nervioso, alucinado, un místico del terror. O sea, la dignidad de un bandolero que no quería ser sino eso: bandolero. Pero lo era con toda el alma, con toda la ferocidad de su alma enigmática, de su satanismo devastador.

Con un ideal, esa fuerza tenebrosa invertida en el crimen, se habría podido encarnar en un líder al estilo Bolívar, Zapata, o Fidel Castro.
Sin ningún ideal, no pudo ser sino un asesino que mataba por matar. Pero este bandido tenía cara de no serlo. Quiero decir, había un hálito de pulcritud en su cadáver, de limpieza. No dudo que tal vez bajo otro cielo que no fuera el siniestro ciclo de su patria, este bandolero habría podido ser un misionero, o un auténtico revolucionario.

Siempre me pareció trágico el destino de ciertos hombres que equivocaron su camino, que perdieron la posibilidad de dirigir la Historia, o su propio Destino.

“Desquite” era uno de esos: era uno de los colombianos que más valía: 160 mil pesos. Otros no se venden tan caro, se entregan por un voto. “Desquite” no se vendió. Lo que valía lo pagaron después de muerto, al delator. Esa fiera no cabía en ninguna jaula. Su odio era irracional, ateo, fiero, y como una fiera tenía que morir: acorralado.

Aún después de muerto, los soldados temieron acercársele por miedo a su fantasma. Su leyenda roja lo había hecho temible, invencible.
No me interesa la versión que de este hombre dieron los comandos militares. Lo que me interesa de él es la imagen que hay detrás del espejo, la que yacía oculta en el fondo oscuro y enigmático de su biología.

¿Quién era en verdad?

Su filosofía, por llamarla así, eran la violencia y la muerte. Me habría gustado preguntarle en qué escuela se la enseñaron. El habría dicho: Yo no tuve escuela, la aprendí en la violencia, a los 17 años. Allá hice mis primeras letras, mejor dicho, mis primeras armas.

Con razón... Se había hecho guerrillero siendo casi un niño. No para matar sino para que no lo mataran, para defender su derecho a vivir, que, en su tiempo, era la única causa que quedaba por defender en Colombia: la vida.

En adelante, este hombre, o mejor, este niño, no tendrá más ley que el asesinato. Su patria, su gobierno, lo despojan, lo vuelven asesino, le dan una sicología de asesino. Seguirá matando hasta el fin porque es lo único que sabe: matar para vivir (no vivir para matar). Sólo le enseñaron esta lección amarga y mortal, y la hará una filosofía aplicable a todos los actos de su existencia. El terror ha devenido su naturaleza, y todos sabemos que no es fácil luchar contra el Destino. El crimen fue su conocimiento, en adelante sólo podrá pensar en términos de sangre.
Yo, un poeta, en las mismas circunstancias de opresión, miseria, miedo y persecución, también habría sido bandolero. Creo que hoy me llamaría “General Exterminio”.

Por eso le hago esta elegía a “Desquite”, porque con las mismas posibilidades que yo tuve, él se habría podido llamar Gonzalo Arango, y ser un poeta con la dignidad que confiere Rimbaud a la poesía: la mano que maneja la pluma vale tanto como la que conduce el arado. Pero la vida es a veces asesina.

¿Estoy contento de que lo hayan matado?
Sí.
Y también estoy muy triste.

Porque vivió la vida que no merecía, porque vivió muriendo, errante y aterrado, despreciándolo todo y despreciándose a sí mismo, pues no hay crimen más grande que el desprecio a uno mismo.

Dentro de su extraña y delictiva filosofía, este hombre no reconocía más culpa, ni más remordimiento que el de dejarse matar por su enemigo: toda la sociedad.

¿Tendrá alguna relación con él aquello de que la libertad es el terror?
Un poco sí. Pero, ¿era culpable realmente? Sí, porque era libre de elegir el asesinato y lo eligió. Pero también era inocente en la medida en que el asesinato lo eligió a él.

Por eso, en uno de los ocho agujeros que abalearon el cuerpo del bandido, deposito mi rosa de sangre. Uno de esos disparos mató a un inocente que no tuvo la posibilidad de serlo. Los otros siete mataron al asesino que fue.

¿Qué le dirá a Dios este bandido?

Nada que Dios no sepa: que los hombres no matan porque nacieron asesinos, sino que son asesinos porque la sociedad en que nacieron les negó el derecho a ser hombres.

Menos mal que Desquite no irá al Infierno, pues él ya pagó sus culpas en el infierno sin esperanzas de su patria.

Pero tampoco irá al Cielo porque su ideal de salvación fue inhumano, y descargó sus odios eligiendo las víctimas entre inocentes.

Entonces, ¿adónde irá Desquite?

Pues a la tierra que manchó con su sangre y la de sus víctimas. La tierra, que no es vengativa, lo cubrirá de cieno, silencio y olvido.
Los campesinos y los pájaros podrán ahora dormir sin zozobra. El hombre que erraba por las montañas como un condenado, ya no existe.

Los soldados que lo mataron en cumplimiento del deber le capturaron su arma en cuya culata se leía una inscripción grabada con filo de puñal. Sólo decía: “Esta es mi vida”.

Nunca la vida fue tan mortal para un hombre.

Yo pregunto sobre su tumba cavada en la montaña: ¿no habrá manera de que Colombia, en vez de matar a sus hijos, los haga dignos de vivir?
Si Colombia no puede responder a esta pregunta, entonces profetizo una desgracia: Desquite resucitará, y la tierra se volverá a regar de sangre, dolor y lágrimas.

Fuente:

Arango, Gonzalo. “Elegía a ‘Desquite’”. Obra negra. Santa Fe de Bogotá, Plaza & Janés, primera edición en Colombia, abril de 1993, p.p.: 42 - 44. Publicado en Prosas para leer en la silla eléctrica (crónicas, ensayos, artículos), Bogotá, Editorial Iqueima, 1966.

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sábado, 7 de agosto de 2010

De "El Secreto de la Flor de Oro" - 3

1

LA CONCIENCIA (CORAZÓN) CELESTIAL

El Maestro Lü Dsu dijo: Lo que es por sí mismo se llama Sentido (Tao). El Sentido no tiene nombre ni figura. Es la vida una, el espíritu primordial uno. No se pueden ver esencia y vida. Están contenidas en la Luz del Cielo. No se puede ver la Luz del Cielo, está contenida en ambos ojos. Seré hoy vuestro acompañante, y os revelaré primero el secreto de la Flor de Oro del Gran Uno, para explicar en detalle el resto a partir de ahí.

El Gran Uno es la designación de aquello que nada tiene por encima de sí. El secreto de la magia de la vida consiste en utilizar la acción para llegar a la no-acción. No se debe querer saltar por sobre todo y penetrar
directamente. La máxima trasmitida es tomar entre manos el Trabajo sobre la esencia. Al hacerlo lo que importa es no caer en falsos caminos.

La Flor de Oro es la Luz. ¿Qué color tiene la Luz? Se toma la Flor de Oro como alegoría. Ésta es la verdadera fuerza del Gran Uno trascendente. La frase: "El plomo de la región del agua tiene sólo un sabor", lo indica.

En el Libro de las Mutaciones se dice:1 "El cielo engendra el agua por medio del Uno". Esto es justamente la verdadera fuerza del Gran Uno. Si el hombre alcanza ese Uno se vivifica; si lo pierde, muere.

Pero aunque el hombre viva en la fuerza (aire, prana) no ve la fuerza (aire), así como los peces viven en el agua pero no ven el agua. El hombre muere cuando no tiene ningún aire de vida, así como los peces perecen sin agua. Por lo tanto, los adeptos han enseñado a la gente a tener firme lo primordial y a preservar el Uno: ése es el curso circular de la luz y la preservación del Centro.

Si se preserva esta legítima fuerza, puede uno alargar su tiempo de vida y aplicar luego el método para crear un cuerpo inmortal "fundiendo y mezclando".

De "El Secreto de la Flor de Oro" - 2

FÓRMULA MÁGICA PARA EL VIAJE A LA LEJANÍA

El Maestro Lü Dsu dijo: Yü Tsing ha dejado tras sí una fórmula
mágica para el Viaje a la Lejanía:

"Cuatro palabras cristalizan el espíritu en el espacio de la fuerza.

En el sexto mes se ve de repente volar nieve blanca.

A la tercera guardia se ve el disco del Sol radiar cegadoramente.

En el agua sopla el viento de la amabilidad.

Peregrinando por el Cielo, se come la fuerza del espíritu de lo
Receptivo.

Y el secreto aún más profundo del secreto: La tierra que no está en ninguna parte, ésta es la verdadera patria ..."

De "El Secreto de la Flor de Oro"

El signo chino para respiración, Si, se compone del signo Dsï "de", "si-mismo", y del signo Sin, "corazón", "conciencia". Por lo tanto, puede ser interpretado como "proveniente del corazón", "teniendo su origen en el corazón", pero simultáneamente designa el estado en que está "el corazón consigo mismo", el reposo.

Sobre Dionisios y Nietzsche

Dionisos Zagreus, hijo de Zeus y Deméter, cielo y tierra. Hera, la esposa
de Zeus se enfureció tanto con la infidelidad de su marido que ordenó a los titanes descuartizar y cocinar a Dionisos en un caldero.

Sin embargo Zeus, con la ayuda de Atenea, consiguió rescatar su corazón, que aún latía, y con él preparó una poción que dio a Semele, princesa tebana, dejándola encinta. Hera preparó una trampa para matar a Semele, mas Zeus arrancó el hijo no nacido y lo guardó en su muslo hasta que nació. Entonces lo entregó a Hermes para ser instruido.

Dionysios o Dionisos, “El nacido dos veces”, representa las fuerzas de lo
inconvencional, sus cultos se contraponen con las religiones tradicionales. Dionisos no puede ser sólo considerado, como su versión romana, Baco, dios del vino, del entusiasmo y del deseo sexual; Dionisos es el dios de la liberación, de la eliminación de las prohibiciones y de los tabús, de las catarsis, de la exhuberancia de la naturaleza y de la vida, y del éxtasis a través de la expresión de lo irracional.

Simboliza las fuerzas que disuelven la personalidad adquirida, la máscara de “civilizado” que imponemos a nuestra naturaleza animal. Así, las orgías dionisiacas pretendían rescatar las formas caóticas y primordiales de la vida. Dionisos como Zaratrusta, ambos inspiradores de Nietzsche, tienden a hacer de los humanos seres divinos, o mejor, a reconocernos como dioses.

Tao Te King,

“El Tao es un vacío insondable
en movimiento incesante
que nunca se agota” (Cáp. V)

“El Tao que puede expresarse no es el Tao eterno.
El Tao que puede ser nombrado no es el verdadero
Tao.

Sin nombre es el Principio del Universo.
Sin nombre es el origen del cielo y la tierra.
Con nombre es la madre de todas las cosas.

Los dos Taos son lo mismo, diferenciándose apenas
en el nombre.
La vida es emanación del Tao.
El Tao es en su origen el Vacío.

Una confusión inaccesible al pensamiento humano.
En el Vacío está el germen de todas las cosas .
Y este germen es la Suprema Verdad” (Cáp. XI)

Libro de la Ley (Thelema). Cap 1.

“Soy el brillo desnudo del voluptuoso cielo nocturno... Yo que doy todo el placer y púrpura embriaguez en el sentido más intimo, te deseo. Colócate las alas y despierta el esplendor enroscado dentro de ti: Ven a mí... Apareced niños bajo las estrellas y tomad mi amor hasta hartaros... Yo estoy arriba y dentro de vosotros. Mi éxtasis es vuestro éxtasis. Mi alegría es ver vuestra alegría...

No amarréis nada... Que no haya diferencia entre vosotros y cualquier cosa y cualquier otra, pues de ahí viene el dolor. Hartaros de amor como bien queráis, cuando, donde y con quien queráis... El Amor es la Ley, el Amor bajo la voluntad... No tienes otro derecho que no sea hacer tu voluntad. Pues voluntad pura y libre de propósitos, libre de ansia de resultados es el camino perfecto...

Yo os amo.”

miércoles, 21 de julio de 2010

Veinte días despúes... Puente (Guillén - Milanés)

Puente (Nicolás Guillén - Pablo Milanés)


¿Lejos?
Hay un arco tendido
que hace viajar la flecha
de tu voz.

¿Alto?
Hay un ala que rema
recta, hacia el sol.
De polo a polo
hay una secreta información.

¿Qué más?
Estar alerta
para el duro remar;
y toda el alma abierta
de par en par.

Veinte días despúes...(III) Mariposa (Guillén - Milanés).

Mariposa (Nicolás Guillén - Pablo Milanés)


Quisiera
hacer un verso que tuviera
ritmo de Primavera;
que fuera
como una fina mariposa rara,
como una mariposa que volara
sobre tu vida, y cándida y ligera
revolara
sobre tu cuerpo cálido de cálida de palmera
y al fin su vuelo absudo reposara
—tal como en una rosa azul de la pradera—
sobre la linda rosa de tu cara.

Quisiera
ser un verso que tuviera
toda la fragancia de la Primavera
y que cual una mariposa rara
revolara
sobre tu vida, sobre tu cuerpo, sobre tu cara.

Veinte días despúes...(II) Solo de Flauta (Guillén - Milanés)

Solo de flauta (Nicolás Guillén - Pablo Milanés)


La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
no hay pena tan grande cual la pena mía.

La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
si lloro, mi llanto parece el estruendo de loca alegría...

La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
si canto, mi canto parece suspiro de cruel agonía...

La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
no hay pena tan grande cual la pena mía.

Yo soy cual la flauta que ritma con ritmo sonoro
su fino y sonoro quebranto:
si canto parece que lloro;
si lloro, parece que canto...

Veinte días despúes...(I) Palabras fundamentales. (Guillén - Milanés)

Palabras fundamentales (Nicolás Guillén - Pablo Milanés)


Haz que tu vida sea
campana que repique
o surco en que florezca y fructifique
el árbol luminoso de la idea.

Alza tu voz sobre la voz sin nombre
de todos los demás, y haz que se vea
junto al poeta, el hombre.

Llena todo tu espíritu de lumbre;
busca el empinamiento de la cumbre,
y si el sostén nudoso de tu báculo
ofrece algún obstáculo a tu intento,
¡sacude el ala del atrevimiento,
ante el atrevimiento del obstáculo!

Veinte días despúes...(IV) Mi verso es como un puñal (Martí - Milanés).

Mi verso es como un puñal (José Martí - Pablo Milanés)


Mi verso es como un puñal
que por el puño, echa flor.
Mi verso es un surtidor
que da un agua de coral.

Mi verso es de un verde claro
y de un carmín encendido.
Mi verso es un ciervo herido
que busca en el monte amparo.

¡Penas! ¿Quién osa decir
que tengo yo penas? Luego,
después del rayo, y del fuego,
tendré tiempo de sufrir.

Yo sé de un pesar profundo
entre las penas sin nombres:
¡la esclavitud de los hombres
es la gran pena del mundo!

¡Hay montes, y hay que subir
los montes altos: ¡después
veremos, alma, quién es
quién te me ha puesto al morir!

Veinte días despúes...(III) Éramos (Martí - Milanés).

Éramos (José Martí - Pablo Milanés)


Éramos una visión, con el pecho de atleta,
las manos de petimetre y la frente de niño,
éramos una máscara, con los calzones de
Inglaterra, el chaleco parisién, el
chaquetón de Norteamérica y la montera de
España.

El indio mudo, nos daba vueltas
alrededor, y se iba al monte, a la cumbre
del monte, a bautizar a sus hijos.

El negro, oteado, cantaba en la noche
la música de su corazón, sólo y desconocido,
entre las olas y las fieras.

El campesino, el creador, se revolvía,
ciego de indignación, contra la
ciudad desdeñosa, contra su criatura.

Veinte días despúes...(II) Banquete de tiranos (Martí - Milanés)

Banquete de tiranos (José Martí - Pablo Milanés)


Hay una raza vil de hombres tenaces
de sí propios inflados, y hechos todos,
todos, del pelo al pie, de garra y diente,
y hay otros, como flor, que al viento exhalan
en el amor del hombre su perfume.

Como en el bosque hay tórtolas y fieras
y plantas insectívoras y pura
sensitiva y clavel en los jardines.

De alma de hombres los unos se alimentan,
los otros su alma dan a que se nutran
y perfumen su diente los glotones,
tal como el hierro frío en las entrañas
de la virgen que mata se calienta.

A un banquete se sientan los tiranos,
pero cuando la mano ensangrentada
hunden en el manjar, del mártir muerto
surge una luz que les aterra, flores
grandes como una cruz súbito surgen
y huyen, rojo el hocico y pavoridos
a sus negras entrañas los tiranos.

Los que se aman a sí, los que la augusta
razón a su avaricia y gula ponen,
los que no ostentan en la frente honrada
ese cinto de luz que en el yugo funde
como el inmenso sol en ascuas quiebra
los astros que a su seno se abalanzan,
los que no llevan del decoro humano
ornado el sano pecho, los menores
y los segundones de la vida, sólo
a su goce ruin y medro atentos
y no al concierto universal.

Danzas, comidas, músicas, harenes,
jamás la aprobación de un hombre honrado.
Y si acaso sin sangre hacerse puede,
hágase... clávalos, clávalos
en el horcón más alto del camino
por la mitad de la villana frente.

A la grandiosa humanidad traidores.
Como implacable obrero
que a un féretro de bronce clavetea,
los que contigo,
se parten la nación a dentelladas.

Veinte días despúes...(I) Vierte corazón tu pena. (Martí - Milanés)

Vierte corazón tu pena. (José Martí - Pablo Milanés)

Vierte, corazón, tu pena
donde no se llegue a ver,
por soberbia, y por no ser
motivo de pena ajena.

Yo te quiero, verso amigo,
porque cuando siento el pecho
ya muy cargado y deshecho
parto la carga contigo.

Tú me sufres, tú aposentas
en tu regazo amoroso,
todo mi amor doloroso,
todas mis ansias y afrentas.

Tú, porque yo pueda en calma
amar y hacer bien, consientes
en enturbiar tus corrientes
con cuanto me agobia el alma.

Tú, porque yo cruce fiero
la tierra, y sin odio y puro,
te arrastras, pálido y duro,
mi amoroso compañero.

Mi vida así se encamina
al cielo limpia y serena,
y tú me cargas mi pena
con tu paciencia divina.

Y porque mi cruel costumbre
de echarme en ti te desvía
de tu dichosa armonía
y natural mansedumbre;
porque mis penas arrojo
sobre tu seno, y lo azotan,
y tu corriente alborotan,
y acá lívido, allá rojo.

Blanco allá como la muerte,
ora arremetes y ruges,
ora con el peso crujes
de un dolor más que tú fuerte.

¿Habré, como me aconseja
un corazón mal nacido,
de dejar en el olvido
a aquel que nunca me deja?

¡Verso, nos hablan de un Dios
adonde van los difuntos:
verso, o nos condenan juntos,
o nos salvamos los dos!.

sábado, 10 de julio de 2010

AL ÁNGEL

Si te me acabas o te me pierdes.
¿A quién voy a amar,
a quién daré mi rostro,
a quién volcaré mi espíritu?

¿Quién dará un paso adelante
de mis ojos cuando escriba
y cuándo cante?

¿Quién visitará mis sueños
a través de las sienes
e irrumpirá en la noche?

¿Quién vendrá a provocarme,
quién lloverá mi cuerpo,
- sobre la epidermis-
quién volará conmigo,
quién dará su oído para
escucharme?

¿Dónde refugiaré mi corazón maldito,
ante quien compartiré mis desvaríos,
quién prenderá ávida mi aurora,
quién levantará mi sol?

¿Dónde podrán descansar mi cabeza
y mi humanidad palpitantes?

NADIA

Siempre o casi siempre, se supone que debo andar buscando algo extraordinario.
Ser alguien en particular, arrastrar conmigo el tormentoso miedo a no ser nadie,
temerosa del vacio y de la nada. Queriendo llenar este vacío interno con todo o,
al menos, con cualquier alguien.

Imposible ser alguien, no ser es el elemento del que estoy hecha.
Yo lo he probado muchas veces y de múltiples formas, y nunca he triunfado
– incluso hasta las Paulas fracasan-.

No es posible ser alguien, porque eso no esta dentro de la naturaleza las cosas.
Sólo puedo ser nadie. Pero no hay nada de malo en ser nadie, al entender esto,
la infelicidad de mi búsqueda ha desaparecido y la dicha fluye como un torrente.

El infierno y la desdicha son el resultado del esfuerzo imposible e innatural.
El cielo no es más que ser natural. Soy nadie, he nacido como una nadie,
sin nombre, sin forma ni deseo. Y moriré como una nadie.

Mi nombre y mi forma sólo están en la superficie,
pero en lo profundo sólo soy un enorme espacio vacío.
Y esto es hermoso, porque si fuera alguien, sería limitada.

El cosmos y las diosas no pueden permitir que alguien se alguien:
si yo fuera alguien sería finita, ¡las diosas no permitirían eso!
Me han dado la libertad de elegir ser nadie, sin fin.

De pronto he dejado de intentar lo imposible,
de pronto he dejado de intentar elevarme
tirando los cordones de mis zapatos,
de pronto comprendí lo absurdo que era y
dejé de hacerlo.

Entonces la verdad se extendió por dentro de mí y
la calma, y la serenidad reemplazaron la angustia y
la pesadez del esfuerzo cotidiano de querer ser alguien.

CUADRITOS AZULES

En las mañanas el olor a la leche
recién hervida y derramada,
el barrendero que limpiaba la calle
de cuanta hoja se desprendía de los árboles y
el tintineo de las gaseosas en sus cajas
al ser descargadas para el tendero.

Nada pasaba desapercibido para mí,
que desde la sepultura, incluso oía
a los bebés pedir sus tetas,
a la mujer diaria lavar
los trastes de la cocina y también
a las ancianas, que antes de venir conmigo,
les gustaba secar sus manos en
delantales de cuadritos azules.

MECIÉNDOSE

Cuando sonó el último disparo se quedó fría,
ahí sentada, más negra de lo acostumbrado.
Mirando todo con sus opacos ojos,
descubriendo el nuevo azul de
las paredes recién pintadas.

Por un momento su corazón
silenció los demás ruidos de la casa,
incluso los del viejo reloj de la cocina.
Sin embargo, ahí continuaba meciéndose,
aunque la tierra se le estuviera tragando la sangre.

Luego que se llevaron el cuerpo de la vieja cocinera,
continué jugando canicas entre los matorrales del solar.
Sabiendo que ya nunca más me dejarían jugar con la escopeta.

SIN TÍTULO (Infinitud)

Esta soledad anterior,

esta ausencia fracturada
hace milagro nuestra
súbita intimidad.

Somos dos desconocidos
el uno para el otro,
como lo somos todos,
pero hemos dejado caer
la barrera que nos distanciaba.

Te siento cercano, unidad completa.
Luego nos descubriremos,
perderemos parsimoniosamente
nuestro carácter novedoso
y el antagonismo, el desencanto,
ganará el aburrimiento mutuo.

Se hará cordura este encanto
caerá pieza por pieza
la inocencia y
se mostrará en matices
la finitud sin límites.

NO LES BASTARÁ

A ellos no les bastará
la sangre derramada
ni las manos mutiladas.
¿Cuántas veces y hasta cuándo?

No bastará que un hombre,
ni una mujer ni un niño,
o miles, nos regalen sus vidas.

No bastarán los gritos, tampoco
arrojarse o romperse.
No bastarán generaciones huérfanas,
ni la maldición y ruina tras ellos,
ni siquiera, el olor a sangre caliente.

miércoles, 7 de julio de 2010

CASSIEL

Presiento que vendrás, al rato siento subir unas pisadas por las escaleras y
bajo la puerta veo como alguien interfiere la entrada de la luz, oigo que
eligen una llave de un gran manojo y la introducen en la cerradura.

Tu olor invade mi casa palmo a palmo y como está sumida en lo oscuro no
logro ver tu rostro, sólo sé que estás allí. Pregunto con tu nombre pero no
respondes, creo saber que estas bajo la detenida sombra del arco.

Continúo sin verte pero entras en la habitación y caminas respirando hacia mí.

Me inquieto un poco pues no has dicho nada, pero en el momento en
que pones tu mano sobre mis piernas te reconozco. Pregunto ¿cómo estás,
por qué este tu silencio? y me acallas con tus labios.

Sólo acojo, supongo que estás triste y te recibo en mi abrazo,
tu sombra escala mi piel, rodea mis rodillas, se enreda entre mis piernas,
se regodea en mi vientre, serpentea mis caderas y te nutro de mis senos.

Estamos donde queríamos estar y aún así, agitado, te separas, caminas hacia la ventana y la abres.

Veo como tomas formas que no terminan, escucho como un romper de huesos
en tu espalda, te moldeas, cambias, pero el contraluz sólo me deja sombras en la niebla.
Perpleja, admiro, giras y me miras, y agitando tus alas inicias tu vaporoso vuelo.

SIN TÍTULO (Amor)

A ti gimo para que estés a mi lado, tu amor.
Tu grandeza muestra mi pequeñez,
tus poderes mi empobrecimiento,
tu eternidad mi finitud y
tus habilidades mi torpeza.

Este gemido algún día será también grito.
Gritaré, suplicando que te necesito.

Pero en ti no espero resonancia,
en ti no hallaré eco,
porque sé que eres sordera cósmica,
tu eres el vacío perfecto.

SIN TÍTULO

Existen en mí ecos de voces
que provienen del pasado,
No sé si distantes o cercanas a
mi huella fresca sobre el barro.

Presiento que un día sólo fui sonido,
más que mi origen, mejor fue el sonido.
Existe ahora tan poco de eso…

SIN TÍTULO

Busco e intento con amor, romper tu coraza.
Y me pregunto como otras lo han hecho:
¿Cómo domar “el animal del miedo”
que llevas dentro?

SIN TÍTULO

Estoy aquí en mi tumba,
sembrando flores en mis costados.
- sólo para que cuando vengas a visitarme-
sus olores como mi aliento,
te colmen de mi presencia.

SIN TÍTULO (Ante ti)

A pesar de mi amor,
de amarte tanto,
te odio y te canto,
te vivo soñando
para no pensarte.

A pesar de mi amor,
mi sepultura,
y esta mezcla
de amor, pena
y ternura.

BUSCARME

Así se me va la vida:

Volando de abrazo en beso,
entre sensación e ideas,
descarriada como una
caracola en el asfalto.

En medio de una guerra de baja intensidad
camino entre derrumbados corazones,
almas sombrías de recuerdos y de lo que no será.

Se acumula el tiempo en las arrugas
y en las manchas de sol.
Se vienen encima preguntas de rutas
que mis pies no caminaron.

Pero regreso a senderos de prados
que son debajo lodo y piedra,
perdiendo el nombre,
mi luz y mi estatura.
Otras veces la voz,
el brillo, las imágenes amables,
o el norte, que es mi sur.

También pierdo el dulce canela,
el calor interno y el prisma equilibrado.
Pierdo el paso, la conexión o los brazos,
pierdo los ojos, los zapatos, pierdo el llanto.

Se va todo así como pasa la tarde,
perdiendo en el reloj su nombre.

Hay días más de los imaginados,
como hoy – desventurados-
en que debo salir a mirar las calles y
dejar que la noche me moje en un abrazo.
En que debo salir para buscarme.

PERDIDA

Revoloteo como una pájara perdida
entre ramas de silencios y de truenos,
en brazos del milagro por que vivo.

Voy de una rama al viento
y de cada pared,
cada techo, cada daño
en el vuelo aprendo.

He seguido los pasos lúgubres
del duelo y los pasos breves
de la niña invisible que he sido.

Creo haber elegido
y recorrido rutas
que se me han puesto,
y las canto, amarrando
a mi historia cada bálsamo
y cada piedra.

Yo he estado en cada
pequeño estrago
sobre las hojas muertas
y ganado los tres amores
que por mi han pasado.

Sigo ahora el camino
que mis pasos hallaron
sin saber hasta donde
mis pasos lo han querido.

Un corazón en camino
han dañado, mi corazón
con sangre han marcado,
y con sudor,
y lágrimas
y espantos.

SIN TÍTULO (Visita)

No abrí la ventana
-tuve miedo del viento-
y la dejé con las calles
y con la gente afuera.

Dejé la ventana sin tocar
porque en viento que silba
se acurruca en rincones
y se mete en las grietas,
horadando y abriendo
las nostalgias,
sangrando recuerdos
y trovando canciones.

Tuve miedo del viento,
que con su taladro fiel
perforara mi sombra,
y mis consignas,
y dejara cenizas
en el cuarto,
y cuarteara mis costras,
y secara mis lágrimas.

Tuve miedo que entrara
de improviso,
con su recuerdo vivo
y con su beso nuevo,
ya sabiendo que mis manos
y mis labios no vuelan,
conociendo que el dibujo
de tu cuerpo no me alcanza.

Tuve miedo de verme más sola,
de que mis venas escupieran sangre,
tuve miedo y quedé inmóvil
repartiendo el amor
contra la mañana y la noche
sin poder alcanzarte.

Hoy tampoco abrí la ventana.

SIN TÍTULO (Desc oncert)

El cielo llora por mí,
toma mi lugar,
mis palabras,
mis rítmicos movimientos
y se despeja sólo para dejarme
desnuda infantil.

Entonces se desvelan
mi infierno y mi paraíso
sin ti.

MEMORIA EN EL TIEMPO

Me fraguo en tu húmeda sombra,
y me sumerjo en tu universo.

Tatúo esa imagen con mi sangre
por cada poro de tu cuerpo.

Imagino como en tu piel
escribo – invento el amor
con mis propias manos.

¿Tú que vas hacer para
inventarlo sobre el mío?

SIN TÍTULO (Acurruco)

¿Cuándo me mojarás?
Quiero tenerte para épocas de invierno.
Sentirte para ir abierta al frío.
Cubrirte y salir así evaporando la lluvia
con el calor de nuestros cuerpos.

O también sola pero contigo.
Saberte para no anhelarte con cada
rayo que cae sobre la tierra.
Quiero ser como la brisa .
Que viene abriendo camino al sol y la lluvia.
Que se acomoda, pasa sobre tu piel,
estremece y se acurruca.

GRACIAS

Gracias por entregarte,

por estar a la mano,
por entregarnos la mejor
savia de tus tiempos.

Gracias por repetirte
una y otra vez,
como la lluvia,
e iniciar de nuevo.

Y repetirte, y gracias…

SIN TÍTULO (El Rocío)

Nacida de Titán y madre Gea.
Hermana del rey Helios y la Luna.
Llevada de la mano por Pegaso,
guía a su hermano por los días.
Al fenecer su hijo se desata su llanto
eternamente.

Por él es que la conozco.
Por él es que llegó a mí.
Es por el que presiento su llegada.
Y por el que la escucho caer gozosa
sobre los hombres,
inmortal y siempre joven,
total poseedora de la luz
entre sus manos.
De su vientre nacen el rocío,
el viento y las estrellas.
Eos en Roma y
diosa del Alba en Grecia.

SIN TÍTULO (Utopía)

Este mundo envuelto en encuentros de palabras,
estas vidas llenas de fuegos que se apagan,
estos días que se cruzan por las almas,
han perdido el rumbo, para que,

en sonrisas de mentiras se guarden estancadas.

La ilusión conmueve a los incautos,
la oración estremece a los desesperados,
la razón se burla de los ilustrados,
la sinrazón triunfa sobre caminantes
en busca de la luz.

Entre montañas interminables,
en este "valle de lágrimas",
la verdad agota la energía cegadora,
el saber se vuelve contra la idea iluminadora,
pero el alma de los griegos resucita con soltura.
La esperanza y la eterna vida de la utopía, por fortuna,
renacen en nuestros corazones cada día.

SIN TÍTULO (S.R.)

Doy vuelta al día pero ya te has ido.
No me place pero es verdad que lidio.
Cargando recuerdos que no se asustan.
Como los de tu indescriptible sombra.

Doy vuelta a tu frágil sombra de cristal.
Y estoy avasallada por mis sueños,
Que ahora te habitan por mi locura.
Locura rastrera de humanidad.

Doy vuelta a tu cazurra alma de tigre.
Y estoy cayendo como gota – gata-
Que una tras otra inundan todo tu ser.


Doy vuelta a tu herida de revolución.
Todo se estremece y estoy sangrando.
No sé, no entiendo, ¿serás tu mi dolor?

Paula A. Benítez - 1993

sábado, 3 de julio de 2010

El oído

El olfato

El gusto

El tacto

La vista

A mi solo deseo

Algo de "A mi solo deseo" - Michel Serres.

La mujer-suma da sus adioses al mundo, toma el velo bajo la tienda de campaña del lenguaje.

Éste es el primer cógito, más disimulado aunque mejor expuesto que el cógito de quien piensa. Yo siento, yo he percibido; yo he visto, oído, gustado, olfateado; yo he tocado; yo toco, yo me encierro en mi pabellón de piel; él arde de lenguas, yo hablo, yo hablo de mí, de mi soledad y de la nostalgia de los sentidos perdidos; yo lloro el paraíso perdido, yo añoro la pérdida de aquello a lo que me entregaba o de aquello que me era dado. Desde que esto se escribió, yo deseo, y el mundo se ausenta. (…)

La joven, al haber renunciado a sus anhelos, va a retornar, va a entrar siempre en el tabernáculo del lenguaje. Nosotros lo habitamos con ella desde siempre, no hemos salido de éste, ni hemos visto jamás, conocido ni comprendido, la tapicería de Cluny. (…)

Se dice que el cuerno del unicornio protege de los venenos. Sólo basta con reducirlo a polvo, mezclar o disolverlo en un brebaje que sirve para resistir el veneno de las sustancias tóxicas. El unicornio libera de las drogas. (…)

El león y el unicornio levantan los velos de la entrada, la dama sale de la prisión de las lenguas de fuego, y saca de la caja negra ríos de piedras preciosas: éstas parecen desbordarse, del mismo modo que la mujer naciente se libera de los velos. Después, acompañada del monstruo, visita la isla-paraíso entre los naranjos y los guepardos, y hasta los cinco continentes o aspectos de éstos, participan en el banquete, para la felicidad de todos.

Acompañada siempre del unicornio y comprendido en su nombre… nunca la abandona lo fabuloso: historias, poemas, mitologías; para acceder a las cosas mismas, hay que dejar que flote el lenguaje.

En el oficio del tapicero, los hilos de la trama pasan debajo de los hilos de la urdimbre cuando viaja la lanzadera. De esta forma el sentido se enlazará con el tejido, como la melodía, a veces, con la carne sonora y la profundidad de los pensamientos con las vocales. (…)

Éste es el secreto del unicornio, el de los cinco sentidos o seis sentidos, son sutiles.

Michel Serres. Los cinco sentidos. 1985.

martes, 29 de junio de 2010

Fragmentito de La Resistencia – Ernesto Sábato.

"Tenemos que reaprender lo que es gozar. Estamos tan desorientados que creemos que gozar es ir de compras. Un lujo verdadero es un encuentro humano, un momento de silencio ante la creación, el gozo de una obra de arte o de un trabajo bien hecho. Gozos verdaderos son aquellos que embargan el alma de gratitud y nos predisponen al amor. La sabiduría que los muchos años me han traído y la cercanía a la muerte me enseñaron a reconocer la mayor de las alegrías en la vida que nos inunda, aunque aquélla no es posible si la humanidad soporta sufrimientos atroces y pasa hambre." Pág 14.

"The Princess" - La Princesa. Último poema extenso de Alfred Tennyson.

Lágrimas, vanas lágrimas, cuyo sentido ignoro, / Lágrimas desde lo hondo de alguna divina desesperanza / Nacen en el corazón y se agolpan en los ojos, / Cuando se contemplan los apacibles campos otoñales / y se piensa en los días idos para siempre.

Frescos como el primer rayo que ilumina un velamen, / Que hace surgir a nuestros amigos del averno, / Tnstes como el último rayo que empurpura el navío / Hundiéndose con todo lo que amamos; / Así de tristes, así de frescos, los días idos para siempre.

Ah, tristes y extraños como en las sombrías albas estivales / El primer gorjeo de los pájaros soñolientos / Para los oídos del moribundo, cuando sus ojos agonizantes / Ven iluminarse lentamente la ventana; / Tan tristes, tan extraños, los días idos para siempre.

Caros como los evocados besos de alguien ya muerto, / Y dulces como aquellos que la fantasía sin esperanzas imagina / En labios que son de otros; profundos como el amor, / Profundos como el primer amor, y exaltados de nostalgia; / Oh muerte en vida, días idos para siempre.

"June"- Junio. Fragmento de uno de los poemas menores de William Cullen Bryant.

Allí, durante las largas, largas horas estivales, / Brillaría una luz de oro, / y espesas plantas nuevas y macizos de flores / Se alzarían en su hermosura. / La oropéndola anidaría, cantando / La historia de su amor, junto a mi nicho; / La errante mariposa / Descansaría allí, y se escucharía / A la abeja hacendosa y al colibrí.

¿Y si a mediodía alegres gritos / llegaran desde el villorrio / O canciones de doncellas bajo la luna, / Mezcladas con risas de hadas? / ¿Y si bajo el resplandor nocturno / Los amantes prometidos se pasearan a la vista de mi humilde monumento? / Yo quisiera que el hermoso escenario que me circunda / No conociera visiones o sonidos más tristes.

Ya sé, ya sé que no vería / El magnífico espectáculo de la estación, / Que su brillo no brillaría para mí, / Ni manaría su ardiente música; / Pero si, en torno a mi lugar de sueño, / Los amigos que amo vinieran a llorarme, / Quizá no se apresurarían a marcharse. / La suave brisa, las canciones, la luz y los capullos / Los harían demorarse junto a mi tumba. / Y todo eso llevaría a sus aquietados corazones / El pensamiento de lo que fue, / Y les hablaría de uno que no puede compartir / La alegría de esa escena; / De uno cuya parte en toda la pompa que llena / El circuito de las colinas estivales, / Es tan sólo... el verdor de su tumba; / Y sus corazones se alegrarían hondamente / Al escuchar otra vez su voz viviente.

"The Waif" - El abandonado. Poema de Henry Wadsworth Longfellow.

El día termina, y la oscuridad / Cae de las alas de la noche / Como una pluma que desciende, perdida / Por un águila en su vuelo.

Veo las luces del pueblo / Brillando entre la lluvia y la niebla, / Y me invade una tristeza / Que mi alma no puede resistir;

Una sensación de tristeza y anhelo, / Que no se asemeja al dolor, / Y sólo recuerda la tristeza / Como la niebla recuerda la lluvia.

Ven, léeme algún poema, / Un canto simple y cordial, / Que calmará este inquieto sentir / y desterrará los pensamientos diurnos.

No leas nada de los grandes maestros de antaño, / Ni de los sublimes bardos / Cuyos pasos distantes resuenan / En los corredores del tiempo.

Pues, como acentos de música marcial, / Sus intensos pensamientos evocan / El interminable trabajo y esfuerzo de la vida; / Y esta noche ansío descansar.

Léeme algún poeta más humilde, / Cuyas canciones manaron del corazón, / Como las lluvias de las nubes estivales, / O las lágrimas de los ojos manan;

Un poeta que, en largos días de trabajo / Y noches privadas de reposo, / Aún escuchaba en su alma la música / De maravillosas melodías.

Canciones tales saben aquietar / El agitado pulso del afán, / Y llegan como la bendición / Que sigue a la plegaria.

Lee, pues, del precioso volumen / El poema que prefieras, / y presta a las rimas del poeta / La belleza de tu voz.

Y la noche se llenará de música, / Y los cuidados que infestan el día / Plegarán sus tiendas, como los árabes / Y en silencio, como ellos, se alejarán.

domingo, 27 de junio de 2010

LA VOZ A TI DEBIDA

Versos 102 a 126

¡Si me llamaras, sí;

si me llamaras!

Lo dejaría todo,

todo lo tiraría:

los precios, los catálogos,

el azul del océano en los mapas,

los días y sus noches,

los telegramas viejos

y un amor.

Tú, que no eres mi amor,

¡si me llamaras!

Y aún espero tu voz:

telescopios abajo,

desde la estrella,

por espejos, por túneles,

por los años bisiestos

puede venir. No sé por dónde.

Desde el prodigio, siempre.

Porque si tú me llamas

«¡si me llamaras, sí, si me llamaras!»

será desde un milagro,

incógnito, sin verlo.

Nunca desde los labios que te beso,

nunca

desde la voz que dice: «No te vayas».

Pedro Salinas.

SIN VOZ, DESNUDA

Sin armas. Ni las dulces

sonrisas, ni las llamas

rápidas de la ira.

Sin armas. Ni las aguas

de la bondad sin fondo,

ni la perfidia, corvo pico.

Nada. Sin armas. Sola.



Ceñida en tu silencio.

«Sí» y «no», «mañana» y «cuando»,

quiebran agudas puntas

de inútiles saetas

en tu silencio liso

sin derrota ni gloria.

¡Cuidado!, que te mata

—fría, invencible, eterna—

eso, lo que te guarda,

eso, lo que te salva,

el filo del silencio que tú aguzas.

Pedro Salinas.

LA VOZ A TI DEBIDA

Versos 388 a 424

Yo no necesito tiempo

para saber cómo eres:

conocerse es el relámpago.

¿Quién te va a ti a conocer

en lo que callas, o en esas

palabras con que lo callas?

El que te busque en la vida

que estás viviendo, no sabe

mas que alusiones de ti,

pretextos donde te escondes.

Ir siguiéndote hacia atrás

en lo que tú has hecho, antes,

sumar acción con sonrisa,

años con nombres, será

ir perdiéndote. Yo no.

Te conocí en la tormenta.

Te conocí, repentina,

en ese desgarramiento

brutal de tiniebla y luz,

donde se revela el fondo

que escapa al día y la noche.

Te vi, me has visto, y ahora,

desnuda ya del equívoco,

de la historia, del pasado,

tú, amazona en la centella,

palpitante de recién

llegada sin esperarte,

eres tan antigua mía,

te conozco tan de tiempo,

que en tu amor cierro los ojos,

y camino sin errar,

a ciegas, sin pedir nada

a esa luz lenta y segura

con que se conocen letras

y formas y se echan cuentas

y se cree que se ve

quién eres tú, mi invisible.


Pedro Salinas.

viernes, 25 de junio de 2010

ESTA NOSTALGIA

Este sueño que vivo,


esta nostalgia con nombre y apellido,

este huracán encerrado tambaleando mis huesos,

lamentando su paso por mi sangre...

No puedo abandonar el tiempo y sus rincones,

el valle de mis días

está lleno de sombras innombrables,

voy a la soledad como alma en pena,

desacatada de todas las razones,

heroína de batallas perdidas,

de cántaros sin agua.

Me hundo en el cuerpo,

me desangro en las venas,

me bato contra el viento,

contra la piel que untada está a la mía.

Qué haré con mi castillo de fantasmas,

las estrellas fugaces que me cercan

mientras el sol deslumbra

y no puedo mirar más que su disco

-redondo y amarillo-

la estela de su oro lamiéndome las manos,

surcándome las noches,

desviviéndome,

haciéndome desastres...

Me entregaré a los huracanes

para pasar de lejos por esa luz ardiendo.

Estoy muriéndome de frío.

SIENTO QUE VOY ALEJÁNDOME

Siento que me voy alejando, que voy saliéndome poco a poco de esta realidad de las mañanas y las tardes y voy entrando a un mundo que estoy construyéndome con mis deseos y mis ansiedades y todas las cosas reprimidas que empiezan a querer salírseme y que me empujan, casi sin darme cuenta, en la incertidumbre, allí donde deberé quedarme sola, donde me da miedo ir porque sé que tendré que asumir toda la responsabilidad del haberme dado cuenta, del saber que no todo es aire y agua y pan y leche y que hay algo más que nos rodea, que está en la atmósfera, que nos persigue y espera para envolvernos en esa belleza dolorosa que quisiéramos compartir y acercarla a los demás pero, al contrario, nos aleja, nos hace sentirnos irreales, diferentes, como que acabáramos de nacer a un mundo que no conocimos hasta entonces o como que hubiésemos llegado de la estrella más cercana o de la más lejana y estamos abiertos totalmente a las hojas, al ruido, sintiendo derramarse la vida, sintiendo que nos acercamos a esa, la verdadera realidad, aunque todos crean lo contrario y nosotros no podamos explicárselos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

AFUERADENTRO

Estoy hecha toda de un bosque
a veces encantador como verano a medio día
otras sombrío y silencioso,
es tan tupido que me pasa no ver el vacio afuera,
sólo el mío y me llega el eco de los otros,
pero adentro anomia, caos de ladrar de perros.

Viento entre las ventanas, aire en bocanada que rasga,
sombras del árbol en mi ventana, escucho los secretos
del búho que me visita algunas noches y a un grupo
de gatas a carcajadas en media calle a la media noche.


TRAS MIS OJOS

Siempre movimiento y raíz, inercia arrobadora,
vuelo entrañable, deseo en imagen que sobrevuela,
preguntas sin respuesta, división que suma.

Tras los ojos, los labios, bajo la piel, todas las procesiones,
las fuerzas de la vida corren poderosas en sus caudales.
En el centro la fuerza sagrada.

Adentro las pujas de la euforia, la tristeza desencajada y
las marcas de la propia historia hechas cicatrices.

Bordes de palabras, llantos que elevan el cauce de las aguas,
silencios que configuran el ritmo, son los ecos de
cierta frecuencia ancestral que nos habita,
Pero torpes insistimos en marcar el paso del tiempo
queriendo empujar el río.


Pacha mama desordenada trae caudales que no cesan,
oleadas de humus, viento de arena al rostro, lágrimas profundas
se replican entre muchas y el espejo las reproduce.


Mama pendulante que enseña sus fondos y refleja el cielo.

Abajo la cueva en tierra, todas las resistencias,
las placas del mar se deslizan y chocan,
hay rabia acumulada, visión gratuita
de lo que vemos tras los ojos.


Plaquetas que siempre permanecen con
garras firmes y móviles, con
sus roces ululan como voces llamando
a fluir sobre las corrientes bajo la superficie.


Todo mi adentro se mueve tras mis ojos,
mientras sobre el barro me hundo en
el anhelo de la llegada y de la partida
en un nuevo ciclo, es el deseo de
descansar el cansancio, descargar la maleta,
la caricia del abrazo.

LA TIERRA ES EL PODER FUNDAMENTAL

La tierra es el poder fundamental,
el agua la hace fértil.
Sol hirviente que preña de vida.
 
Tierra propicia que nutre los seres.
Derroche estridente que impregna el todo.
Fuerza generosa y constante.
 
Silencio misterioso.
Espacio cóncavo.
Encierro protector.

Sangre suelta pierna abajo, ¡tierra adentro!
Anuncio del principio y del fin, ¿nuevo sentido?
Contínua regeneración de la vida en muerte y de la muerte en vida.

La vida siempre, la vida siempre, en ágil movimiento
y seguro después la quietud se arrastrará hasta ella,
llegará con nombre de muerte.

Y luego cae la lluvia y se repite y cae,
siempre nueva vida, maravilla sobre la tierra,
la misma ya diferente, llena de riquezas,
de secretos y poder.