sábado, 7 de agosto de 2010

De "El Secreto de la Flor de Oro" - 3

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LA CONCIENCIA (CORAZÓN) CELESTIAL

El Maestro Lü Dsu dijo: Lo que es por sí mismo se llama Sentido (Tao). El Sentido no tiene nombre ni figura. Es la vida una, el espíritu primordial uno. No se pueden ver esencia y vida. Están contenidas en la Luz del Cielo. No se puede ver la Luz del Cielo, está contenida en ambos ojos. Seré hoy vuestro acompañante, y os revelaré primero el secreto de la Flor de Oro del Gran Uno, para explicar en detalle el resto a partir de ahí.

El Gran Uno es la designación de aquello que nada tiene por encima de sí. El secreto de la magia de la vida consiste en utilizar la acción para llegar a la no-acción. No se debe querer saltar por sobre todo y penetrar
directamente. La máxima trasmitida es tomar entre manos el Trabajo sobre la esencia. Al hacerlo lo que importa es no caer en falsos caminos.

La Flor de Oro es la Luz. ¿Qué color tiene la Luz? Se toma la Flor de Oro como alegoría. Ésta es la verdadera fuerza del Gran Uno trascendente. La frase: "El plomo de la región del agua tiene sólo un sabor", lo indica.

En el Libro de las Mutaciones se dice:1 "El cielo engendra el agua por medio del Uno". Esto es justamente la verdadera fuerza del Gran Uno. Si el hombre alcanza ese Uno se vivifica; si lo pierde, muere.

Pero aunque el hombre viva en la fuerza (aire, prana) no ve la fuerza (aire), así como los peces viven en el agua pero no ven el agua. El hombre muere cuando no tiene ningún aire de vida, así como los peces perecen sin agua. Por lo tanto, los adeptos han enseñado a la gente a tener firme lo primordial y a preservar el Uno: ése es el curso circular de la luz y la preservación del Centro.

Si se preserva esta legítima fuerza, puede uno alargar su tiempo de vida y aplicar luego el método para crear un cuerpo inmortal "fundiendo y mezclando".

De "El Secreto de la Flor de Oro" - 2

FÓRMULA MÁGICA PARA EL VIAJE A LA LEJANÍA

El Maestro Lü Dsu dijo: Yü Tsing ha dejado tras sí una fórmula
mágica para el Viaje a la Lejanía:

"Cuatro palabras cristalizan el espíritu en el espacio de la fuerza.

En el sexto mes se ve de repente volar nieve blanca.

A la tercera guardia se ve el disco del Sol radiar cegadoramente.

En el agua sopla el viento de la amabilidad.

Peregrinando por el Cielo, se come la fuerza del espíritu de lo
Receptivo.

Y el secreto aún más profundo del secreto: La tierra que no está en ninguna parte, ésta es la verdadera patria ..."

De "El Secreto de la Flor de Oro"

El signo chino para respiración, Si, se compone del signo Dsï "de", "si-mismo", y del signo Sin, "corazón", "conciencia". Por lo tanto, puede ser interpretado como "proveniente del corazón", "teniendo su origen en el corazón", pero simultáneamente designa el estado en que está "el corazón consigo mismo", el reposo.

Sobre Dionisios y Nietzsche

Dionisos Zagreus, hijo de Zeus y Deméter, cielo y tierra. Hera, la esposa
de Zeus se enfureció tanto con la infidelidad de su marido que ordenó a los titanes descuartizar y cocinar a Dionisos en un caldero.

Sin embargo Zeus, con la ayuda de Atenea, consiguió rescatar su corazón, que aún latía, y con él preparó una poción que dio a Semele, princesa tebana, dejándola encinta. Hera preparó una trampa para matar a Semele, mas Zeus arrancó el hijo no nacido y lo guardó en su muslo hasta que nació. Entonces lo entregó a Hermes para ser instruido.

Dionysios o Dionisos, “El nacido dos veces”, representa las fuerzas de lo
inconvencional, sus cultos se contraponen con las religiones tradicionales. Dionisos no puede ser sólo considerado, como su versión romana, Baco, dios del vino, del entusiasmo y del deseo sexual; Dionisos es el dios de la liberación, de la eliminación de las prohibiciones y de los tabús, de las catarsis, de la exhuberancia de la naturaleza y de la vida, y del éxtasis a través de la expresión de lo irracional.

Simboliza las fuerzas que disuelven la personalidad adquirida, la máscara de “civilizado” que imponemos a nuestra naturaleza animal. Así, las orgías dionisiacas pretendían rescatar las formas caóticas y primordiales de la vida. Dionisos como Zaratrusta, ambos inspiradores de Nietzsche, tienden a hacer de los humanos seres divinos, o mejor, a reconocernos como dioses.

Tao Te King,

“El Tao es un vacío insondable
en movimiento incesante
que nunca se agota” (Cáp. V)

“El Tao que puede expresarse no es el Tao eterno.
El Tao que puede ser nombrado no es el verdadero
Tao.

Sin nombre es el Principio del Universo.
Sin nombre es el origen del cielo y la tierra.
Con nombre es la madre de todas las cosas.

Los dos Taos son lo mismo, diferenciándose apenas
en el nombre.
La vida es emanación del Tao.
El Tao es en su origen el Vacío.

Una confusión inaccesible al pensamiento humano.
En el Vacío está el germen de todas las cosas .
Y este germen es la Suprema Verdad” (Cáp. XI)

Libro de la Ley (Thelema). Cap 1.

“Soy el brillo desnudo del voluptuoso cielo nocturno... Yo que doy todo el placer y púrpura embriaguez en el sentido más intimo, te deseo. Colócate las alas y despierta el esplendor enroscado dentro de ti: Ven a mí... Apareced niños bajo las estrellas y tomad mi amor hasta hartaros... Yo estoy arriba y dentro de vosotros. Mi éxtasis es vuestro éxtasis. Mi alegría es ver vuestra alegría...

No amarréis nada... Que no haya diferencia entre vosotros y cualquier cosa y cualquier otra, pues de ahí viene el dolor. Hartaros de amor como bien queráis, cuando, donde y con quien queráis... El Amor es la Ley, el Amor bajo la voluntad... No tienes otro derecho que no sea hacer tu voluntad. Pues voluntad pura y libre de propósitos, libre de ansia de resultados es el camino perfecto...

Yo os amo.”