miércoles, 21 de julio de 2010

Veinte días despúes... Puente (Guillén - Milanés)

Puente (Nicolás Guillén - Pablo Milanés)


¿Lejos?
Hay un arco tendido
que hace viajar la flecha
de tu voz.

¿Alto?
Hay un ala que rema
recta, hacia el sol.
De polo a polo
hay una secreta información.

¿Qué más?
Estar alerta
para el duro remar;
y toda el alma abierta
de par en par.

Veinte días despúes...(III) Mariposa (Guillén - Milanés).

Mariposa (Nicolás Guillén - Pablo Milanés)


Quisiera
hacer un verso que tuviera
ritmo de Primavera;
que fuera
como una fina mariposa rara,
como una mariposa que volara
sobre tu vida, y cándida y ligera
revolara
sobre tu cuerpo cálido de cálida de palmera
y al fin su vuelo absudo reposara
—tal como en una rosa azul de la pradera—
sobre la linda rosa de tu cara.

Quisiera
ser un verso que tuviera
toda la fragancia de la Primavera
y que cual una mariposa rara
revolara
sobre tu vida, sobre tu cuerpo, sobre tu cara.

Veinte días despúes...(II) Solo de Flauta (Guillén - Milanés)

Solo de flauta (Nicolás Guillén - Pablo Milanés)


La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
no hay pena tan grande cual la pena mía.

La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
si lloro, mi llanto parece el estruendo de loca alegría...

La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
si canto, mi canto parece suspiro de cruel agonía...

La flauta gemía
su melancolía.
La flauta decía:
no hay pena tan grande cual la pena mía.

Yo soy cual la flauta que ritma con ritmo sonoro
su fino y sonoro quebranto:
si canto parece que lloro;
si lloro, parece que canto...

Veinte días despúes...(I) Palabras fundamentales. (Guillén - Milanés)

Palabras fundamentales (Nicolás Guillén - Pablo Milanés)


Haz que tu vida sea
campana que repique
o surco en que florezca y fructifique
el árbol luminoso de la idea.

Alza tu voz sobre la voz sin nombre
de todos los demás, y haz que se vea
junto al poeta, el hombre.

Llena todo tu espíritu de lumbre;
busca el empinamiento de la cumbre,
y si el sostén nudoso de tu báculo
ofrece algún obstáculo a tu intento,
¡sacude el ala del atrevimiento,
ante el atrevimiento del obstáculo!

Veinte días despúes...(IV) Mi verso es como un puñal (Martí - Milanés).

Mi verso es como un puñal (José Martí - Pablo Milanés)


Mi verso es como un puñal
que por el puño, echa flor.
Mi verso es un surtidor
que da un agua de coral.

Mi verso es de un verde claro
y de un carmín encendido.
Mi verso es un ciervo herido
que busca en el monte amparo.

¡Penas! ¿Quién osa decir
que tengo yo penas? Luego,
después del rayo, y del fuego,
tendré tiempo de sufrir.

Yo sé de un pesar profundo
entre las penas sin nombres:
¡la esclavitud de los hombres
es la gran pena del mundo!

¡Hay montes, y hay que subir
los montes altos: ¡después
veremos, alma, quién es
quién te me ha puesto al morir!

Veinte días despúes...(III) Éramos (Martí - Milanés).

Éramos (José Martí - Pablo Milanés)


Éramos una visión, con el pecho de atleta,
las manos de petimetre y la frente de niño,
éramos una máscara, con los calzones de
Inglaterra, el chaleco parisién, el
chaquetón de Norteamérica y la montera de
España.

El indio mudo, nos daba vueltas
alrededor, y se iba al monte, a la cumbre
del monte, a bautizar a sus hijos.

El negro, oteado, cantaba en la noche
la música de su corazón, sólo y desconocido,
entre las olas y las fieras.

El campesino, el creador, se revolvía,
ciego de indignación, contra la
ciudad desdeñosa, contra su criatura.

Veinte días despúes...(II) Banquete de tiranos (Martí - Milanés)

Banquete de tiranos (José Martí - Pablo Milanés)


Hay una raza vil de hombres tenaces
de sí propios inflados, y hechos todos,
todos, del pelo al pie, de garra y diente,
y hay otros, como flor, que al viento exhalan
en el amor del hombre su perfume.

Como en el bosque hay tórtolas y fieras
y plantas insectívoras y pura
sensitiva y clavel en los jardines.

De alma de hombres los unos se alimentan,
los otros su alma dan a que se nutran
y perfumen su diente los glotones,
tal como el hierro frío en las entrañas
de la virgen que mata se calienta.

A un banquete se sientan los tiranos,
pero cuando la mano ensangrentada
hunden en el manjar, del mártir muerto
surge una luz que les aterra, flores
grandes como una cruz súbito surgen
y huyen, rojo el hocico y pavoridos
a sus negras entrañas los tiranos.

Los que se aman a sí, los que la augusta
razón a su avaricia y gula ponen,
los que no ostentan en la frente honrada
ese cinto de luz que en el yugo funde
como el inmenso sol en ascuas quiebra
los astros que a su seno se abalanzan,
los que no llevan del decoro humano
ornado el sano pecho, los menores
y los segundones de la vida, sólo
a su goce ruin y medro atentos
y no al concierto universal.

Danzas, comidas, músicas, harenes,
jamás la aprobación de un hombre honrado.
Y si acaso sin sangre hacerse puede,
hágase... clávalos, clávalos
en el horcón más alto del camino
por la mitad de la villana frente.

A la grandiosa humanidad traidores.
Como implacable obrero
que a un féretro de bronce clavetea,
los que contigo,
se parten la nación a dentelladas.

Veinte días despúes...(I) Vierte corazón tu pena. (Martí - Milanés)

Vierte corazón tu pena. (José Martí - Pablo Milanés)

Vierte, corazón, tu pena
donde no se llegue a ver,
por soberbia, y por no ser
motivo de pena ajena.

Yo te quiero, verso amigo,
porque cuando siento el pecho
ya muy cargado y deshecho
parto la carga contigo.

Tú me sufres, tú aposentas
en tu regazo amoroso,
todo mi amor doloroso,
todas mis ansias y afrentas.

Tú, porque yo pueda en calma
amar y hacer bien, consientes
en enturbiar tus corrientes
con cuanto me agobia el alma.

Tú, porque yo cruce fiero
la tierra, y sin odio y puro,
te arrastras, pálido y duro,
mi amoroso compañero.

Mi vida así se encamina
al cielo limpia y serena,
y tú me cargas mi pena
con tu paciencia divina.

Y porque mi cruel costumbre
de echarme en ti te desvía
de tu dichosa armonía
y natural mansedumbre;
porque mis penas arrojo
sobre tu seno, y lo azotan,
y tu corriente alborotan,
y acá lívido, allá rojo.

Blanco allá como la muerte,
ora arremetes y ruges,
ora con el peso crujes
de un dolor más que tú fuerte.

¿Habré, como me aconseja
un corazón mal nacido,
de dejar en el olvido
a aquel que nunca me deja?

¡Verso, nos hablan de un Dios
adonde van los difuntos:
verso, o nos condenan juntos,
o nos salvamos los dos!.

sábado, 10 de julio de 2010

AL ÁNGEL

Si te me acabas o te me pierdes.
¿A quién voy a amar,
a quién daré mi rostro,
a quién volcaré mi espíritu?

¿Quién dará un paso adelante
de mis ojos cuando escriba
y cuándo cante?

¿Quién visitará mis sueños
a través de las sienes
e irrumpirá en la noche?

¿Quién vendrá a provocarme,
quién lloverá mi cuerpo,
- sobre la epidermis-
quién volará conmigo,
quién dará su oído para
escucharme?

¿Dónde refugiaré mi corazón maldito,
ante quien compartiré mis desvaríos,
quién prenderá ávida mi aurora,
quién levantará mi sol?

¿Dónde podrán descansar mi cabeza
y mi humanidad palpitantes?

NADIA

Siempre o casi siempre, se supone que debo andar buscando algo extraordinario.
Ser alguien en particular, arrastrar conmigo el tormentoso miedo a no ser nadie,
temerosa del vacio y de la nada. Queriendo llenar este vacío interno con todo o,
al menos, con cualquier alguien.

Imposible ser alguien, no ser es el elemento del que estoy hecha.
Yo lo he probado muchas veces y de múltiples formas, y nunca he triunfado
– incluso hasta las Paulas fracasan-.

No es posible ser alguien, porque eso no esta dentro de la naturaleza las cosas.
Sólo puedo ser nadie. Pero no hay nada de malo en ser nadie, al entender esto,
la infelicidad de mi búsqueda ha desaparecido y la dicha fluye como un torrente.

El infierno y la desdicha son el resultado del esfuerzo imposible e innatural.
El cielo no es más que ser natural. Soy nadie, he nacido como una nadie,
sin nombre, sin forma ni deseo. Y moriré como una nadie.

Mi nombre y mi forma sólo están en la superficie,
pero en lo profundo sólo soy un enorme espacio vacío.
Y esto es hermoso, porque si fuera alguien, sería limitada.

El cosmos y las diosas no pueden permitir que alguien se alguien:
si yo fuera alguien sería finita, ¡las diosas no permitirían eso!
Me han dado la libertad de elegir ser nadie, sin fin.

De pronto he dejado de intentar lo imposible,
de pronto he dejado de intentar elevarme
tirando los cordones de mis zapatos,
de pronto comprendí lo absurdo que era y
dejé de hacerlo.

Entonces la verdad se extendió por dentro de mí y
la calma, y la serenidad reemplazaron la angustia y
la pesadez del esfuerzo cotidiano de querer ser alguien.

CUADRITOS AZULES

En las mañanas el olor a la leche
recién hervida y derramada,
el barrendero que limpiaba la calle
de cuanta hoja se desprendía de los árboles y
el tintineo de las gaseosas en sus cajas
al ser descargadas para el tendero.

Nada pasaba desapercibido para mí,
que desde la sepultura, incluso oía
a los bebés pedir sus tetas,
a la mujer diaria lavar
los trastes de la cocina y también
a las ancianas, que antes de venir conmigo,
les gustaba secar sus manos en
delantales de cuadritos azules.

MECIÉNDOSE

Cuando sonó el último disparo se quedó fría,
ahí sentada, más negra de lo acostumbrado.
Mirando todo con sus opacos ojos,
descubriendo el nuevo azul de
las paredes recién pintadas.

Por un momento su corazón
silenció los demás ruidos de la casa,
incluso los del viejo reloj de la cocina.
Sin embargo, ahí continuaba meciéndose,
aunque la tierra se le estuviera tragando la sangre.

Luego que se llevaron el cuerpo de la vieja cocinera,
continué jugando canicas entre los matorrales del solar.
Sabiendo que ya nunca más me dejarían jugar con la escopeta.

SIN TÍTULO (Infinitud)

Esta soledad anterior,

esta ausencia fracturada
hace milagro nuestra
súbita intimidad.

Somos dos desconocidos
el uno para el otro,
como lo somos todos,
pero hemos dejado caer
la barrera que nos distanciaba.

Te siento cercano, unidad completa.
Luego nos descubriremos,
perderemos parsimoniosamente
nuestro carácter novedoso
y el antagonismo, el desencanto,
ganará el aburrimiento mutuo.

Se hará cordura este encanto
caerá pieza por pieza
la inocencia y
se mostrará en matices
la finitud sin límites.

NO LES BASTARÁ

A ellos no les bastará
la sangre derramada
ni las manos mutiladas.
¿Cuántas veces y hasta cuándo?

No bastará que un hombre,
ni una mujer ni un niño,
o miles, nos regalen sus vidas.

No bastarán los gritos, tampoco
arrojarse o romperse.
No bastarán generaciones huérfanas,
ni la maldición y ruina tras ellos,
ni siquiera, el olor a sangre caliente.

miércoles, 7 de julio de 2010

CASSIEL

Presiento que vendrás, al rato siento subir unas pisadas por las escaleras y
bajo la puerta veo como alguien interfiere la entrada de la luz, oigo que
eligen una llave de un gran manojo y la introducen en la cerradura.

Tu olor invade mi casa palmo a palmo y como está sumida en lo oscuro no
logro ver tu rostro, sólo sé que estás allí. Pregunto con tu nombre pero no
respondes, creo saber que estas bajo la detenida sombra del arco.

Continúo sin verte pero entras en la habitación y caminas respirando hacia mí.

Me inquieto un poco pues no has dicho nada, pero en el momento en
que pones tu mano sobre mis piernas te reconozco. Pregunto ¿cómo estás,
por qué este tu silencio? y me acallas con tus labios.

Sólo acojo, supongo que estás triste y te recibo en mi abrazo,
tu sombra escala mi piel, rodea mis rodillas, se enreda entre mis piernas,
se regodea en mi vientre, serpentea mis caderas y te nutro de mis senos.

Estamos donde queríamos estar y aún así, agitado, te separas, caminas hacia la ventana y la abres.

Veo como tomas formas que no terminan, escucho como un romper de huesos
en tu espalda, te moldeas, cambias, pero el contraluz sólo me deja sombras en la niebla.
Perpleja, admiro, giras y me miras, y agitando tus alas inicias tu vaporoso vuelo.

SIN TÍTULO (Amor)

A ti gimo para que estés a mi lado, tu amor.
Tu grandeza muestra mi pequeñez,
tus poderes mi empobrecimiento,
tu eternidad mi finitud y
tus habilidades mi torpeza.

Este gemido algún día será también grito.
Gritaré, suplicando que te necesito.

Pero en ti no espero resonancia,
en ti no hallaré eco,
porque sé que eres sordera cósmica,
tu eres el vacío perfecto.

SIN TÍTULO

Existen en mí ecos de voces
que provienen del pasado,
No sé si distantes o cercanas a
mi huella fresca sobre el barro.

Presiento que un día sólo fui sonido,
más que mi origen, mejor fue el sonido.
Existe ahora tan poco de eso…

SIN TÍTULO

Busco e intento con amor, romper tu coraza.
Y me pregunto como otras lo han hecho:
¿Cómo domar “el animal del miedo”
que llevas dentro?

SIN TÍTULO

Estoy aquí en mi tumba,
sembrando flores en mis costados.
- sólo para que cuando vengas a visitarme-
sus olores como mi aliento,
te colmen de mi presencia.

SIN TÍTULO (Ante ti)

A pesar de mi amor,
de amarte tanto,
te odio y te canto,
te vivo soñando
para no pensarte.

A pesar de mi amor,
mi sepultura,
y esta mezcla
de amor, pena
y ternura.

BUSCARME

Así se me va la vida:

Volando de abrazo en beso,
entre sensación e ideas,
descarriada como una
caracola en el asfalto.

En medio de una guerra de baja intensidad
camino entre derrumbados corazones,
almas sombrías de recuerdos y de lo que no será.

Se acumula el tiempo en las arrugas
y en las manchas de sol.
Se vienen encima preguntas de rutas
que mis pies no caminaron.

Pero regreso a senderos de prados
que son debajo lodo y piedra,
perdiendo el nombre,
mi luz y mi estatura.
Otras veces la voz,
el brillo, las imágenes amables,
o el norte, que es mi sur.

También pierdo el dulce canela,
el calor interno y el prisma equilibrado.
Pierdo el paso, la conexión o los brazos,
pierdo los ojos, los zapatos, pierdo el llanto.

Se va todo así como pasa la tarde,
perdiendo en el reloj su nombre.

Hay días más de los imaginados,
como hoy – desventurados-
en que debo salir a mirar las calles y
dejar que la noche me moje en un abrazo.
En que debo salir para buscarme.

PERDIDA

Revoloteo como una pájara perdida
entre ramas de silencios y de truenos,
en brazos del milagro por que vivo.

Voy de una rama al viento
y de cada pared,
cada techo, cada daño
en el vuelo aprendo.

He seguido los pasos lúgubres
del duelo y los pasos breves
de la niña invisible que he sido.

Creo haber elegido
y recorrido rutas
que se me han puesto,
y las canto, amarrando
a mi historia cada bálsamo
y cada piedra.

Yo he estado en cada
pequeño estrago
sobre las hojas muertas
y ganado los tres amores
que por mi han pasado.

Sigo ahora el camino
que mis pasos hallaron
sin saber hasta donde
mis pasos lo han querido.

Un corazón en camino
han dañado, mi corazón
con sangre han marcado,
y con sudor,
y lágrimas
y espantos.

SIN TÍTULO (Visita)

No abrí la ventana
-tuve miedo del viento-
y la dejé con las calles
y con la gente afuera.

Dejé la ventana sin tocar
porque en viento que silba
se acurruca en rincones
y se mete en las grietas,
horadando y abriendo
las nostalgias,
sangrando recuerdos
y trovando canciones.

Tuve miedo del viento,
que con su taladro fiel
perforara mi sombra,
y mis consignas,
y dejara cenizas
en el cuarto,
y cuarteara mis costras,
y secara mis lágrimas.

Tuve miedo que entrara
de improviso,
con su recuerdo vivo
y con su beso nuevo,
ya sabiendo que mis manos
y mis labios no vuelan,
conociendo que el dibujo
de tu cuerpo no me alcanza.

Tuve miedo de verme más sola,
de que mis venas escupieran sangre,
tuve miedo y quedé inmóvil
repartiendo el amor
contra la mañana y la noche
sin poder alcanzarte.

Hoy tampoco abrí la ventana.

SIN TÍTULO (Desc oncert)

El cielo llora por mí,
toma mi lugar,
mis palabras,
mis rítmicos movimientos
y se despeja sólo para dejarme
desnuda infantil.

Entonces se desvelan
mi infierno y mi paraíso
sin ti.

MEMORIA EN EL TIEMPO

Me fraguo en tu húmeda sombra,
y me sumerjo en tu universo.

Tatúo esa imagen con mi sangre
por cada poro de tu cuerpo.

Imagino como en tu piel
escribo – invento el amor
con mis propias manos.

¿Tú que vas hacer para
inventarlo sobre el mío?

SIN TÍTULO (Acurruco)

¿Cuándo me mojarás?
Quiero tenerte para épocas de invierno.
Sentirte para ir abierta al frío.
Cubrirte y salir así evaporando la lluvia
con el calor de nuestros cuerpos.

O también sola pero contigo.
Saberte para no anhelarte con cada
rayo que cae sobre la tierra.
Quiero ser como la brisa .
Que viene abriendo camino al sol y la lluvia.
Que se acomoda, pasa sobre tu piel,
estremece y se acurruca.

GRACIAS

Gracias por entregarte,

por estar a la mano,
por entregarnos la mejor
savia de tus tiempos.

Gracias por repetirte
una y otra vez,
como la lluvia,
e iniciar de nuevo.

Y repetirte, y gracias…

SIN TÍTULO (El Rocío)

Nacida de Titán y madre Gea.
Hermana del rey Helios y la Luna.
Llevada de la mano por Pegaso,
guía a su hermano por los días.
Al fenecer su hijo se desata su llanto
eternamente.

Por él es que la conozco.
Por él es que llegó a mí.
Es por el que presiento su llegada.
Y por el que la escucho caer gozosa
sobre los hombres,
inmortal y siempre joven,
total poseedora de la luz
entre sus manos.
De su vientre nacen el rocío,
el viento y las estrellas.
Eos en Roma y
diosa del Alba en Grecia.

SIN TÍTULO (Utopía)

Este mundo envuelto en encuentros de palabras,
estas vidas llenas de fuegos que se apagan,
estos días que se cruzan por las almas,
han perdido el rumbo, para que,

en sonrisas de mentiras se guarden estancadas.

La ilusión conmueve a los incautos,
la oración estremece a los desesperados,
la razón se burla de los ilustrados,
la sinrazón triunfa sobre caminantes
en busca de la luz.

Entre montañas interminables,
en este "valle de lágrimas",
la verdad agota la energía cegadora,
el saber se vuelve contra la idea iluminadora,
pero el alma de los griegos resucita con soltura.
La esperanza y la eterna vida de la utopía, por fortuna,
renacen en nuestros corazones cada día.

SIN TÍTULO (S.R.)

Doy vuelta al día pero ya te has ido.
No me place pero es verdad que lidio.
Cargando recuerdos que no se asustan.
Como los de tu indescriptible sombra.

Doy vuelta a tu frágil sombra de cristal.
Y estoy avasallada por mis sueños,
Que ahora te habitan por mi locura.
Locura rastrera de humanidad.

Doy vuelta a tu cazurra alma de tigre.
Y estoy cayendo como gota – gata-
Que una tras otra inundan todo tu ser.


Doy vuelta a tu herida de revolución.
Todo se estremece y estoy sangrando.
No sé, no entiendo, ¿serás tu mi dolor?

Paula A. Benítez - 1993

sábado, 3 de julio de 2010

El oído

El olfato

El gusto

El tacto

La vista

A mi solo deseo

Algo de "A mi solo deseo" - Michel Serres.

La mujer-suma da sus adioses al mundo, toma el velo bajo la tienda de campaña del lenguaje.

Éste es el primer cógito, más disimulado aunque mejor expuesto que el cógito de quien piensa. Yo siento, yo he percibido; yo he visto, oído, gustado, olfateado; yo he tocado; yo toco, yo me encierro en mi pabellón de piel; él arde de lenguas, yo hablo, yo hablo de mí, de mi soledad y de la nostalgia de los sentidos perdidos; yo lloro el paraíso perdido, yo añoro la pérdida de aquello a lo que me entregaba o de aquello que me era dado. Desde que esto se escribió, yo deseo, y el mundo se ausenta. (…)

La joven, al haber renunciado a sus anhelos, va a retornar, va a entrar siempre en el tabernáculo del lenguaje. Nosotros lo habitamos con ella desde siempre, no hemos salido de éste, ni hemos visto jamás, conocido ni comprendido, la tapicería de Cluny. (…)

Se dice que el cuerno del unicornio protege de los venenos. Sólo basta con reducirlo a polvo, mezclar o disolverlo en un brebaje que sirve para resistir el veneno de las sustancias tóxicas. El unicornio libera de las drogas. (…)

El león y el unicornio levantan los velos de la entrada, la dama sale de la prisión de las lenguas de fuego, y saca de la caja negra ríos de piedras preciosas: éstas parecen desbordarse, del mismo modo que la mujer naciente se libera de los velos. Después, acompañada del monstruo, visita la isla-paraíso entre los naranjos y los guepardos, y hasta los cinco continentes o aspectos de éstos, participan en el banquete, para la felicidad de todos.

Acompañada siempre del unicornio y comprendido en su nombre… nunca la abandona lo fabuloso: historias, poemas, mitologías; para acceder a las cosas mismas, hay que dejar que flote el lenguaje.

En el oficio del tapicero, los hilos de la trama pasan debajo de los hilos de la urdimbre cuando viaja la lanzadera. De esta forma el sentido se enlazará con el tejido, como la melodía, a veces, con la carne sonora y la profundidad de los pensamientos con las vocales. (…)

Éste es el secreto del unicornio, el de los cinco sentidos o seis sentidos, son sutiles.

Michel Serres. Los cinco sentidos. 1985.